El ayuntamiento de Alcobendas enseña a los empresarios a defraudar (con el dinero de todos) (1 de 3)

Tragicomedia en tres actos
Acto Primero: La llamada

Sube el telón…

Base subterránea supersecreta de la septuagésimo segunda internacional obrera auténtica, en un lugar indeterminado en el Hemisferio Norte. Por una ventana entra la luz del ocaso de un sistema corrupto y cruel, por otra la luz del amanecer de una nueva era.

Un ejército de fieros revolucionarios vestidos todos igual (con camisetas del «Che») se afana en los últimos preparativos para la emancipación definitiva del Género Humano.

En medio del valet de hormigas un camarada con galones de comandante en su boina borda con hilo rojo una inmensa bandera de Nepal en un escritorio atiborrado de papeles; mientras recita en voz baja los treinta y tres nombres de Lenin.

A la derecha del escritorio hay una percha con un abrigo de pieles y un fusil ak-47 colgados.

– …El Misericordioso, El Hacendoso, El Justiciero, El Liberado, El…
De pronto le interrumpe un teléfono, sonando a pesar de estar semisepultado por la prensa obrera del día. Con un rápido movimiento el comandante lo descuelga antes del segundo tono.
-Aló, ceronegativo al aparato
-¿Qué pasa fiera? ¡saludos del metal!
-¡Hombre! Igor, mi fiel esbirro
ceronegativo esboza una leve sonrisa
-Te he dicho mil veces que de pronuncia «aigor»
-Por mi como si es Aitor ¿Qué es lo que quieres? Tengo trabajo, la toma del Poder es inminente.
-Tengo algo que te va a encantar
El comandante cambia el semblante, su gesto es ahora grave.
-Te he dicho cienes y cienes de veces que estoy felizmente casado. Es normal que sientas admiración por mi como gran líder que soy, pero esa llama que inflama tu corazón no es pasión amorosa sino fervor revolucionario, además soy heterosexual.
-No no, esta vez no es eso. Es sobre el ayuntamiento de Alcobendas.
-Tienes 30 segundos antes de que te cuelgue (del palo más alto).
-¿Has visto el «Siete días» [revista municipal de Alcobendas] de esta semana?
-No suelo intoxicarme con la publicidad del enemigo, y si quiero leer algo repugnante tengo el blog de Isaura Navarro impreso y encuadernado.
Ruido de arcadas y tosidos distorsionados salen por el auricular del teléfono, ceronegativo lo aparta de su oreja unos segundos con gesto contrariado.
-Te quedan 10 segundos, Igor
-Amo, entrecortado por los tosidos debes leer el «Siete días» de…

En ese momento ceronegativo cuelga sin que su interlocutor termine la frase.

-Se acabaron tus diez segundos.-murmura mientras mira fieramente el teléfono, el fuego de sus ojos recuerda el infierno capitalista que vive a diario la Clase Obrera, aplastada por el talón de hierro.

El comandante ceronegativo deja de coser y se levanta. Se acerca al proscenio y dirigiéndose al público dice:

-Mi vil, aunque útil topo criptocomunista ha conseguido llamar mi la atención; y mi fina intuición de timonel de la revolución mundial rara vez me engaña (de hecho sólo hay un caso documentado, vean la página 8625 del volumen XXIV de mis «Obras Escogidas»).

ceronegativo se gira, agarra la descomunal bandera de Nepal, que se desparrama por todo el suelo, con la mano izquierda y la acerca a su pecho con el puño cerrado mientras dirige su vista a un punto indeterminado por encima del público. El anochecer proyecta fulgurantes reflejos rojos que entran por la ventana de la base secreta subterránea. Su pose tiene algo de pétreo, como una barricada de adoquines, y de metálico, como un cañón de la batalla de Stalingrado. El ejército de afanosos obreros parece moverse a cámara lenta, incluso detenerse. La estampa parece el mejor cuadro del realismo soviético.

-Aún así no conviene que los subordinados se den cuenta cuando son útiles. Luego les entran delirios de grandeza, y no quieren ser la carne de cañón que necesitamos para la Victoria.

Y repite la palabra Victoria muy despacio, regodeándose en cada sílaba, con una sonrisa felina.

-La Historia nos enseña que el culto a la personalidad es la clave de bóveda del éxito en la Revolución Social.

Complacido por su genial ocurrencia busca un papel en su mesa y anota la frase, junto a la fecha y la hora. La tacha y vuelve a escribir un par de veces hasta que el resultado parece complacerle.

Acto seguido se enfunda el abrigo de piel de lobo siberiano, pesado como las cadenas del proletariado, y coge el fusil AK-47 de acero negro de la percha a su derecha. De nuevo se dirige al público.

-Salgo a la calle, hacia el contenedor de papel para reciclar más cercano a mi cubil, que es donde había dejado con mucho cuidado el «Siete días» nada más recibirlo. En este sitio hay mentes párvulas a las que semejante libelo podría hacer un daño irreversible.

El comandante sale por la izquierda del escenario, mientras en la base secreta subterránea sigue la actividad febril. La multitud de obreros atareadísimos comienzan a entonan himnos revolucionarios en todos los idiomas, dialectos, hablas y variantes lingüísticas del mundo en una grandiosa sinfonía, sin distraerse de su tarea. Justo cuando ceronegativo sale el ocaso se completa y la luz roja que lo inundaba todo se extingue bruscamente.

Baja el telón…

Fin del Acto Primero


  1. mitxel

    la cosa está interesante, lo confieso…

  2. lo mejor esta por venir :-)

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